jueves, marzo 31, 2005

Ese bucle infinito



Toda prenda que llega a nuestro armario tiene un PROCESO:

1.- Vemos la prenda en la tienda. FLECHAZO instantáneo

2.- Nos la imaginamos combinada con algo que ya tenemos en el armario. NECESIDAD imperiosa de posesión

3.- Nos la llevamos. Primera puesta. SUBIDÓN indescriptible. Soy la más estilosa.

4.- Toda prenda necesita un complemento. DESEO irrefrenable de ponerse ese look una y otra vez.

5.- Tras varias puestas. ¡DANGER!. Esa prenda que tanto nos gustaba, un día y sin saber por qué, nos sienta fatal, nos vemos horribles. Nos entran las dudas de por qué la compramos. SÍNDROME de caducidad de la ropa. Nos hemos cansado de ella.

6.- Superada esa fase, nos congraciamos con la prenda, aunque ya no es lo mismo. Nos la ponemos casi siempre con lo mismo, vamos sobre seguro. BUCLE infinito de la moda. Ya es una prenda más. Nada destacable del armario.

Pata de palo



Es curioso como la moda nos atrapa. Hace 2 años, cuando los corsario asomaban tímidamente en los escaparates, más de una (entre las que me incluyo) aseguró que jamás se pondría tal corte de pantalón. Nos trasladamos a hoy mismo: raro es el día que no ves a una chica con un pirata, ya sea vaquero, de tela gabardina o de tweed. Con botas, bailarinas, stilettos...resulta que ahora es un imprescindible en nuestro día a día, cuando hace no tanto renegamos de él. Por eso ya nunca 'me mojo' en cuanto a tendencias, nunca digo - jamás me lo pondré- porque en cuanto las katemoss, sienamiller o hermanasolsen de la vida luzcan una prenda, no habrá escapatoria: La querremos y no pararemos hasta lucirla. Y si no, mirad vuestro armario y comprobad con cuántas cosas habéis sucumbido, y cuántas de ellas os parecieron la peor tendencia del mundo.

lunes, marzo 21, 2005

Sin caftán en las pateras



No puedo soportar el racismo. No lo tolero ni lo puedo perdonar. Pero aún menos en quienes desprecian otras culturas pero no dudan en vestirse una tendencia de moda si así lo marcan las firmas y las tiendas. Cuánta gente se cruza de calle si ve un africano y lleva pulseras inspiradas en ese país. Y esa que luce un caftán muy fashion mientras permite que sus vecinos de Marruecos mueran en las pateras.

jueves, marzo 17, 2005

Primera y última vez



El metro da para mucho. Realmente uno se come la cabeza con pensamientos absurdos, pero que luego no lo son tanto. Últimamente me ha dado por pensar que cuando miro a alguien en el andén, bien porque me gusta su ropa, o su pelo, o simplemente ha llamado mi atención, puede ser nuestro primer y último contacto. Y esa sensación se acentúa cuando uno de los dos trenes llega y tras su paso, desaparece la silueta que yo miraba. Esa persona se ha ido. En su lugar hay dos mil más. Pero yo sólo tengo el vacío de esa otra que fue protagonista de mi retina unos minutos. Y pienso si nos encontraremos de nuevo en un andén, o cruzaremos los destinos algún día. O simplemente será la última vez que nos vemos, bien por no encontrarnos más, bien porque en la siguiente estación, me habré olvidado de su cara. Y no la reconoceré si la veo.Y sin embargo, una persona desconocida, marcó mi vida unos minutos. Más de los que a lo mejor he dedicado a alguien más cercano en mi día a día. Es curiosa la mente humana. O al menos lo es la mía.

Alarma anti-envidiosas

Creo que es fundamental que se implante en las personas un microchip. Ponerlo a la altura de los ojos para que, cuando alguien te mire de arriba a abajo, salte el color verde si es por envidia o el rojo si es por que te está llamando hortera en su mente. Así sabrías si mirar mal a quien te observa o por el contrario, pavonearte para que fiche bien tu look.

miércoles, marzo 16, 2005

Odio trabajar






Odio trabajar"Porque no sé qué ponerme. Me sacas de los vaqueros y me bloqueo"- Y digo yo, ¿Dónde he oído esto antes? Pues seguramente alguien de mi entorno lo ha comentado, cuando hablábamos de lo poco agradecido que es el trabajo que no admite el casual dentro de su protocolo de vestimenta. De cuántas mujeres tienen la sintonía de 'sota, caballo, rey' metida en sus cabezas y claro, cada día, creen ir igual que el anterior. Y es que los trajes son caros, y hay quien piensa que salirse del sastre es un suicidio laboral. No entienden que el arreglarse para trabajar abarca mil posibilidades más. Cierto es que no es tan lucido como quien se puede poner vaqueros, ugg y hasta una zanahoria como broche si le apetece, pero a cambio ganan en credibilidad y sofisticación.
Es hora de cambiar, de luchar porque tu armario sea tan inspirador como lo fue Gala para Dalí. Tan sólo debes observar, pintar en tu cabeza y vestirte.

martes, marzo 15, 2005

BILLY EL NIÑO, TOP MODEL



Billy el Niño, top model de lujo


Si esto fuese el Oeste y existiese la televisión, seguro que los mejores spots de moda tendrían la sonrisa y la pericia de Billy. Billy el Niño. Y todo porque quién mejor que un vaquero para mostrar esa prenda que ha logrado mantenerse allende los siglos y las fronteras. El vaquero, el dénim, el jean. Llámalo como quieras. Póntelo como quieras. Rómpelo, píntalo, cóselo y desgástalo. Cualquier otra prenda habría que tirarla tras ese proceso. El vaquero no, ha ganado en estilo, en personalización y en exclusividad. Por favor, Billy muéstranos a ser un buen vaquero porque nos morimos por un duelo al amanecer. Un duelo por llevar el mejor par.

MINISTERIO DE LA MODA



MINIS-TERIO DE LA MODA
A veces pienso que debería existir un Ministerio de la Moda que dictase un poco las tendencias fundamentales. Que se preocupase de que la ropa que se lleva llegase a todo el mundo. Sobre todo, que hubiese tallas para cada tipo de mujer, y que esas tallas fuesen acompañadas de diseños bien hechos y sobre todo, modernos y llevables.
Y todo esto porque hoy he visto a una chica en Minifalda y se veía que no tenía ni idea de combinarla, y no creo que sea por falta de gusto, sino por falta de imaginación. Por eso, no estaría de más, que hubiese en el Gobierno una cartera de tendencias. Así España si que iría bien. Sobre todo, se luciría bien.

lunes, marzo 14, 2005

Extrañas en un tren

Voy en tren. Y junto a mi va una chica. En estos viajes tan aburridos da tiempo a mirar y remirar a tus desconocidos compañeros de trayecto. Y yo, encima, resulta que soy mirona, no lo puedo evitar, Me ha llamado la atención que nada de lo ella que llevaba puesto me gustaba, ni los zapatos, ni los pantalones, ni el jersey. De inmediato mi mente ha dicho: 'Qué horror'. Después de esta maldad de mi inconsciente, le he regañado, porque no se debe pensar así. Y entonces me ha venido a la cabeza una idea. Me la he imaginado el día en que se fue a comprar cada prenda de las que llevaba puesta. Y es curioso, porque seguro que experimentó esa increíble sensación de probarte algo, que te guste y te quede bien. La adrenalina que se le disparó cuando pagó su prenda, signo de que ya era suya. Apta para lucirla en público. Y seguro que se la llevó pensando en lo bonita que era y las ganas que tenía de estrenarla.
Y dios sabe cuánto tiempo después de aquello, ahí estaba mi inconsciente criticando esas compras. Y posiblemente el suyo estaría espantada de mi aspecto.
La conclusión, no me enrrollo: Dos extrañas en un tren, separadas por un reposabrazos, rechazan la manera de vestir de cada una, sin saber que un día, las dos experimentamos ese 'subidón' de sentir que adquiríamos una prenda preciosa. Qué vida tan cruel, que sea asi como tenga uno que darse cuenta que juzgar la manera de vestir de otro es sencillamente inútil, porque esa persona no se vistió para tener tu aprobación.

viernes, marzo 11, 2005

Una falda con mi nombre



FALDA DE TABLAS
Parece recatada, hasta mojigata. Si te dicen que digas cómo viste una monja sin hábito, es muy posible que la veas con una falda de tablas. Y sin embargo bien llevada es un buen comodín para llevar puesto todo el día. Si eres rellenita, las tablas grandes y bien formadas, si tu cuerpo es muy delgado, tablas pequeñas y tejidos delicados como la seda. Sus trucos son infinitos, su elegancia innegable, y si le das un toque personal, hasta puede llevar tu nombre escrito en el estilo.

Un estado de ánimo



PANTALÓN NEGRO

El rey. El absoluto gen dominante en las combinaciones genéticas de nuestro armario.Perfecto desde la mañana a la noche, sólo protesta cuando sus compañeros de viaje son marrones o azul marino. Si no, paciente, amable estilizador de figura e inseparable desde que lo adquirimos hasta que se rompe de puro viejo. No es sencillo dar con el pantalón negro perfecto. La perfección, en la moda, es un estado de ánimo, hoy lo es, mañana es la peor compra de tu vida. Y sin embargo, esta prenda (negra, ya dice mucho) es siempre aliada. Siempre es buen momento para ella.

Compañera segura



FALDA VAQUERA
Y quién no tiene una falda vaquera....Es la fiel compañera de toda ocasión en la que una no sabe qué ponerse. Y créeme, esas ocasiones abundan, normalmente cada 15 días los armarios roperos carecen de inspiración. De repente han perdido el encanto. Pero allí, al fondo, está ella, la falda vaquera que nos va con todo y que nos sienta tan bien. Para una ocasión formal, para algo más casual e incluso una salida nocturna que promete. Todo es bueno para ella, y va perfecta con el negro. Punto postivo.

jueves, marzo 10, 2005

CARLITOS FASHION



BERMUDA VAQUERA

No es sencillo adaptarse a una nueva tendencia de la moda. Porque nuestros ojos, y sobre todo nuestro cuerpo no admite cambios drásticos. Nos costó pasar de la campana al pitillo, del largo al pirata, y ahora, el pantalón se acorta y volvemos atrás en el tiempo: Vuelve la bermuda.
Esas prendas que lucíamos todos los veranos y que nos sentaban tan mal, reclaman su puesto en la global fashion. Cierto es que los cortes vienen mejores, más rectos, más estilizados..vamos, que sientan mejor. Pero nuestra mente aún se imagina a Carlitos el de 'Cuéntame' cada vez que ve una Bermuda en una percha. Las más atrevidas ya se han puesto a la obra y las lucen con leotardos. Nosotras, esperaremos al buen tiempo.
Quizá digamos : 'Yo no me pienso comprar unas bermudas - no me veo con ellas' pero pasará como con todo, a fuerza de verlo nos gustará y en cuanto podamos, nos haremos con una. Como toda prenda, tendrá su fase de adaptación, o lo que es lo mismo, pasará una buena temporada en el armario del que sólo saldrá para ser combinado frente al espejo, insistentemente con diferentes prendas. Y al final volverá de nuevo al armario. Así, hasta que un buen día salgan de casa, alguien te piropee y entonces sí, comenzará el Boom de la Bermuda. Y si no, ya me lo contaréis.

Pecados capitales femeninos

Siempre que voy a las tiendas, me viene a la mente una idea: ¿Qué hace que lo que unos rechazan en las tiendas, constituya para otros un chollo inimaginable? Esto se ve en las rebajas. Cuando vas a las últimas, a las de marzo, te encuentras con prendas que cuelgan tristes de los peores rincones de la tienda. Inmediatamente la curiosidad te lleva a ellas y cuando ves lo que hay, te preguntas: ¿Por qué ha quedado esto y no otras cosas? Lo que mucha gente se responde a si misma es: Si está en la tienda es por algo, seguro que queda mal o tiene un defecto. La cosa se complica si quedan muchas unidades de una misma prenda. Ahí hay gato encerrado. Seguro.
Otra opción es pensar que hay prendas que la gente no sabe combinar o llevar. Y resulta que alguien con imaginación le saca partido. Yo he aprendido a ser una de ellas. Cuando no puedes gastarte todo el dinero en caprichos, la creatividad se vuelve tu mayor virtud. Mis amigas se llevan las manos a la cabeza cuándo me preguntan: ¡Qué chulo!¿Dónde lo has comprado? Y lo mejor es cuando les respondo: Pues me ha costado 3 euros. Lo siguiente siempre es: Jo, hija, yo nunca encuentro esas cosas.
Pues ahí está el secreto, que nada nos gusta más que lo que vemos puesto a otra mujer. Esa es la clave de toda compra. Lo que has rechazado una y otra vez en la tienda, que te parecía incluso hortera, resulta que lo ves en una compañera de trabajo y de repente es un hecho: LO NECESITAS.
Somos de ese género femenino que hace las compras por dos pecados capitales: la gula y la envidia. La gula porque nunca es demasiada la ropa que tenemos, aunque no entre en los armarios, y la envidia porque si alguien a tu lado lleva una prenda al probador y la ves, ipso facto corres a buscar una igual. Está probado, y si no, fíjate en tu comportamiento en la próxima tienda que visites. Y de ahí, al confesionario.

martes, marzo 08, 2005

Al abordaje

Reinventa tu pantalón pirata. Esa prenda que tanto nos gusta, a pesar de su tímido encuentro con nuestra moda, tiene mil posibilidades alejadas del típico jersey de cuello alto, americana o camiseta. No dejes de buscar el estilo que más te va. El corsario hará de ti, un estilo identificable. No dejes que te invadan y ¡al abordaje!


viernes, marzo 04, 2005

Le llamaban básico


Lo llaman básico. Los entendidos aseguran que su presencia es obligada en el armario. Que quien no lo tiene está lejos de tener eso que se llama 'fondo de armario', que para muchos no es más que el tablero del final de ese mueble. Sin embargo el vocabulario fashion es muy distinto, 'fondo de armario' es eso que toda mujer necesita y que, aunque no lo sabe, para cada persona es diferente. De ahí el caos total en nuestras mentes.
Bien, pues si nos provocan, les daremos. Primer básico del Showroom: una camiseta negra (black t's para los que están más puestos), una prenda baratita, versátil y muy sencilla de combinar, al fin y al cabo es negra, y ese color, ya se sabe, es un imán textil para las féminas.
Aprendamos a combinarlo.

Para el trabajo

Básica: camiseta negra de escote pico de lycra, mezcla o gasas.
Combinaciones:
- Pantalón negro + cinturón dorado fino + chaqueta negra con broche
- Pantalón crudo + cinturón negro fino + rebeca negra y collar de perlas largo
- Pantalón crema + cinturón negro fino + bolero crema + collar tostados/ocre
- Falda evasée kaki + rebeca negra + collar o pendientes rojos llamativos
- Falda tubo de raya diplomática + rebeca blanca + pendientes de plata
- Falda evasee color albero + chaqueta gris+ foulard al cuello con broche

Look casual
- Vaqueros + chaqueta negra de punto + bufanda de colores al cuello + cinturón ancho de chapa
- Vaqueros + chaqueta sport tipo sudadera + lazo de raso a la cintura
- Vaqueros + chaqueta de punto rustico cruda + cinturón de color fuerte y grandes pendientes
- Pantalón negro + Cinturón blanco + Chaqueta negra + pendientes plata grandes
- Pantalón negro + Cinturón dorado + pendientes dorados + Chaqueta negra
- Pantalón crudo + lazo negro a la cintura + Chaqueta blanca corta + Collar bicolor largo
- Pantalón albero + Bolero negro + Cinturón ancho color crema + Pendientes dorados
- Falda vaquera + rebeca fucsia + pendientes largos negros
- Pantalón caqui holgado + chaqueta deportiva negra + converse
- Falda tipo Folk en tonos negro, caqui...y botas de cowboy.
- Minifalda vaquera + bolero rústico +pendientes grandes de plata o estaño + medias tupidas + botas cowboy
- Pantalón negro tipo masculino + cinturón de leopardo

Look fiesta

- Vaquero + cinturón plateado + bailarinas plateadas
- Vaquero + cinturón dorado + Botas cowboy
- Vaquero + lazo negro a la cintura
- Vaquero + lazo azul cobalto + pendientes turquesas
- Pantalón negro + Cinturón dorado + pendientes dorados
- Pantalón caqui + cinturón negro+ zapatos de punta redondeada
- Faldas vaqueras + cinturones, lazos, broches
- Minifaldas negras + complementos de colores fuertes
- Bermudas vaqueras + botas vaqueras o zapatos de salón

Y esto sólo es el principio...

jueves, marzo 03, 2005

Nada en el armario

Típica crisis. Suena el despertador. Un día más tienes que levantarte para ir a trabajar, te pones las zapatillas, te desperezas un poco y te acercas lentamente al armario para escoger el modelito del día. Es entonces cuando en millones de casas, millones de mujeres gritan al mismo tiempo: ¡¡No tengo nada que ponerme!!
Cada vez que se nos presenta un evento importante y distinto, la mirada hacia el armario se vuelve desoladora: todo parece aburrido, demodé y sobre todo poco apropiado para llevar. De repente ese vestido que siempre nos había resultado un comodín, comienza a ser trasnochado y antiguo, y no pasa ni por asomo por ser una prenda vintage. Las continuas novedades en las tiendas, en las revistas y en los programas de televisión nos “obligan” a una renovación constante del guardarropa, con el gasto que eso supone. La moda propone y las tiendas disponen.
Por esta razón las mujeres sentimos esa extraña necesidad de comprarnos algo nuevo para cada cena, reunión, viaje o acto al que nos invitan, nunca encontramos en los ya desbordantes armarios algo con lo que deslumbrar. Nada es lo suficientemente perfecto para nosotras. da igual que lo hayamos adquirido el fin de semana pasado. No sirve, puesto dos veces, ha perdido la categoría de novedad. El problema reside fundamentalmente en no saber sacar partido a lo que ya cuelga de las perchas (de esto jamás debe enterarse ni tu madre, ni tu pareja, por supuesto). Hay que aprender, tu economía te lo agradecerá. Estoy por jurarlo. Showroom te contará cómo. Permanece atenta. O simplemente cae aqui por casualidad.

miércoles, marzo 02, 2005

Ese 'noséqué'

Se tiene o no se tiene. Cuántas veces vas por la calle, miras a alguien y te das cuenta de que te encanta como va. O coincides con una compañera de trabajo y día tras día parece ir original, la ropa le sienta como un guante y se ponga lo que se ponga da igual, la miras y te encantaría tener su estilazo. Es muy posible que lo que te produce tanta 'envidia' no sea más que un vaquero y una camiseta, pero sin saber por qué, hay personas que tienen ese algo, ese 'noséqué' que les hace iconos de moda. Seguramente a estas alturas ya sabes quiénes tienen esa suerte de medalla del estilo, famosas como Kate Moss, Sienna Miller, Milla Jovovich o las gemelas Olsen han logrado llegar a lo que toda mujer aspira: ponerse cualquier cosa y parecer que van a la moda y encima, adaptada a su peculiar manera de vestir.

No es sencillo, porque tú te miras al espejo y la imagen que te devuelve es muy distinta: si te pones un pañuelo en la cintura, queda arrugado y no sabes ni cómo atártelo. La camiseta negra que es igualita que la de Kate, resulta que en ti hace pliegues y ni asomo de la gracia con la que ella la luce. Y ni hablar de el suplicio de cada mañana cuando te asomas a la puerta de tu armario y te devuelve la misma monotonía de siempre, al final acabas por ponerte las mismas prendas de una manera cíclica, tan sólo te permites la licencia de combinarlas de diferente manera. Pero en ti, ese 'nosequé' no aparece por ningún lado y lo peor, crees que es algo genético con lo que tus padres, (los muy...) no te obsequiaron al configurarte el código de barras.

Vas de tiendas y todo lo que compras, con el consiguiente subidón de adrenalina, te parece que al llegar a casa ha perdido cuerpo, tendencia y hasta color. En las tiendas te ves divina y en casa te asaltan los demonios del shopping: los ¿Lo devuelvo? Y por supuesto, al final te encuentras en la cola de la tienda pensando en por qué no sabes comprar y por qué otras lo hacen tan bien.

Total, que te quedan dos opciones, o contratas a una shopper que tenga ese don tan preciado o consigues hacerte un estilo propio con mucho trabajo y dedicación. ¿Cómo? Mi show-room te lo cuenta, con palabras, con fotos, con reflexiones sobre lo que la moda hace en nosotras, y, lo que es más importante, lo que podemos hacer nosotras con ella
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