viernes, marzo 11, 2005

Una falda con mi nombre



FALDA DE TABLAS
Parece recatada, hasta mojigata. Si te dicen que digas cómo viste una monja sin hábito, es muy posible que la veas con una falda de tablas. Y sin embargo bien llevada es un buen comodín para llevar puesto todo el día. Si eres rellenita, las tablas grandes y bien formadas, si tu cuerpo es muy delgado, tablas pequeñas y tejidos delicados como la seda. Sus trucos son infinitos, su elegancia innegable, y si le das un toque personal, hasta puede llevar tu nombre escrito en el estilo.