La vida se puede comparar con todo. Las cosas que nos pasan, siempre tienen un símil en algo que a simple vista parece opuesto, o absurdamente no relacionado. Pero estamos cansados de asemejar circunstancias que ocurren con naturaleza, con películas, con música, con comida...Así pues, por qué no comparar tu vida con la moda.
Por ejemplo, por qué no pensar que muchas desilusiones con la moda vienen por lo que esperamos de ella? Por qué creer que la moda puede llenar un hueco en nuestra vida que lo solucione todo? Por qué es tan fácil perder el apego a una prenda si está a nuestro lado en una mala etapa de nuestra vida? Ya ves, igual que con las personas, una cree que conoce a quien le acompaña, pero en realidad sólo conoce lo que una espera de esa persona. Y cuando no cumple las expectativas, duele y se le rechaza. Lo peor de esto es que la moda es inerte, una camisa no puede cambiar de forma o color para alegrarnos, pero las personas si pueden girar y tratar de hacerte feliz. Y sin embargo, como en todo, cuando las decisiones dependen del poder de elegir, casi siempre se elige mal. Y se hace daño.
Por suerte la moda no puede elegir, ni tú puedes esperar que una prenda sea diferente cada día en tu armario según tu humor y estado anímico. Es lo que hay y punto. Te adaptas o te quedas desnuda. Pero con las personas si que esperas que te conozcan, que sepan cuándo deben callar y cuando dejarte su hombro para llorar. Por tanto nunca piensas 'es lo que hay y punto' siempre queremos que cumplan la expectativa. Prefieres ir desnuda de sentimientos a aceptar a una persona que no es capaz de hacerse flexible una temporada para adaptarse a la 'forma' de tu ánimo. Y eso duele.
Por eso la moda nos hace soñar, porque una vez en el armario, ya nunca nos falla. Más bien le fallamos nosotros a ella.


